sábado, 14 de julio de 2012

Reflexiones y aportes sobre los peritajes


Otro de los documentos producidos por APUSSAM. En este caso, esta dirigido a los profesionales encargados de hacer las pericias que luego tendrán fuerte injerencia en la vida y el ejercicio de la capacidad de usuarios y usuarias.

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Reflexiones y aportes de la Asamblea Permanente de Usuarios de los Servicios de Salud Mental sobre los peritajes[1]





En nuestra historia de tratamientos, internaciones involuntarias, declaraciones de insanias e inhabilitaciones, hemos conocido y transitado diversas instancias de peritajes. En ellas, algunos aspectos (a veces trascendentales) de nuestra vida eran debatidos y definidos, obteniendo un destino decidido por otros, especializados, “calificados” para hacerlo.

Repensando esas experiencias en grupo[2], debatiendo cómo podrían haber sido y cómo podrían ser, logramos elaborar el presente documento, que tiene por objetivo transmitir nuestra voz, la voz de los usuarios y usuarias de los servicios de salud mental en torno a la elaboración de los peritajes.

En estas páginas abordaremos los obstáculos con los que se enfrentan quienes han atravesado situaciones de peritaje; y las recomendaciones que creemos pueden colaborar con la búsqueda del respeto al otro y la igualdad de derechos.  Nuestro material más rico ha sido nuestra propia experiencia.



El anticipo de un diagnóstico: Obstáculos observados en los peritajes conocidos



Desconocimiento de la condición anterior a la enfermedad.-

 Debería considerarse en las evaluaciones en qué situación familiar, social, laboral y de salud se encontraba la persona. Algunas situaciones vividas pueden ser causas o fuertes condicionantes de la enfermedad.

Creemos que hay personas que pueden ser dañinas y relaciones que pueden enfermarnos o desencadenar episodios de locura: Familias o familiares violentos y nocivos, el hacinamiento, la desocupación, la imposibilidad de mantener a la familia, de brindarle la atención necesaria, los trabajos esclavos, la explotación, son entre otras posibles, situaciones que producen padecimiento mental.



Ausencia de estudios complementarios.-

Creemos necesario que exista un examen físico, realizado por médicos clínicos, que complementen el examen psiquiátrico, buscando descartar causas neurológicas, por ejemplo, que contribuyan o causen el padecimiento mental.



Entrevistas de corta duración, sin espacio al surgimiento de lo propio.-

Hemos tenido entrevistas muy cortas, en las que dos o tres preguntas eran definitorias.

No encontramos en nuestra experiencia entrevistas en las que nos den espacio a explayarnos, a incluir nosotros los temas sobre los cuales conversar, teniendo que responder un interrogatorio con preguntas predefinidas.



Falta de democracia y de participación igualitaria.-

Mientras “el forense” conoce a quien entrevista, tiene un saber previo en base a otras entrevistas y lecturas de historias clínicas; nosotros, los “pacientes”, sólo sabemos que es “el forense”.

Entrevistado y entrevistador no somos presentados en igualdad de condiciones. Los “pacientes” no conocemos el nombre del entrevistador, ni su especialidad médica, ni su pertenencia institucional. Pero por sobre todo, no  conocemos los resultados y el alcance de su evaluación, ni tenemos acceso al informe final confeccionado y entregado a las autoridades correspondientes.

Los entrevistados no participamos de la elección del sitio ni del momento de la entrevista.



Nervios ante el peritaje.-

Las propias condiciones bajo las cuales se produce el peritaje pueden ser generadoras de conductas evaluadas negativamente.

Los nervios que produce el estar en una instancia de evaluación, como lo es el peritaje, por las consecuencias trascendentales que puede tener en nuestra vida, cambiando nuestro destino, no colaboran a la hora de responder preguntas, de mostrarnos fuertes, tranquilos, “sanos”.

La existencia misma de una instancia de evaluación que tiene el poder de definir nuestro destino inmediato, en pocos minutos, funciona como un obstáculo difícil de sortear a la hora de evaluarnos. No favorece el despliegue de habilidades, el encuentro de potencialidades.



Maltrato en las entrevistas.-

¿Estás rezando el rosario?” fue la pregunta introductoria con la que comenzó la entrevista un forense que iba a entrevistar a una persona que transitaba un momento místico. Su pregunta daba cuenta de una previa lectura de la historia clínica, o de una previa conversación con otro profesional. Alguien desconocido por la persona internada, que ingresa dando cuenta de cierto conocimiento del padecer, manifestando la diferencia de poder de ambas posiciones.

Esta pregunta junto con otras dos (¿Cuántos años tenés? Y ¿Cómo estas?) fueron las únicas presentes en una entrevista con “el forense”, realizadas recién al mes y medio de la internación, bajo los efectos de la medicación.



Invasión de la privacidad y de la vida cotidiana.-

Las evaluaciones realizadas para poder sostener la inhabilitación (y que esta no se transforme en una insania o en la necesidad de una internación) incluyen la invasión de la vida cotidiana y la injusta evaluación de todos los aspectos de ella, incluida la privacidad.

Estas evaluaciones son realizadas en el domicilio del entrevistado, de manera imprevista, sin un aviso previo, a cualquier hora, con una periodicidad de dos años. Tienen una duración de más de una hora, siendo más prolongada que las otras entrevistas (realizadas en comisarías, u hospitales). Incluyen un recorrido minucioso por la casa, “parecido al que una inmobiliaria pudiera hacer para tasar una vivienda”. Las áreas temáticas que recorre la entrevista abarcan varios aspectos de la vida, como la sexualidad, el ocio, el uso del tiempo libre, las changas, amistades, amantes, relaciones familiares. Cómo vive, si es ordenado, qué come, qué cocina, cómo lo hace y en dónde y con qué utensilios, dónde realiza compras, cómo usa el dinero, en qué lo gasta, son algunas de las preguntas puntillosas incluidas en esta evaluación con fines de considerar si una persona puede seguir siendo considerada “inhabilitada”. “Por haber estado internado me tengo que aguantar que se metan en mi vida, en mi casa, con mis cosas, mi gente.” La autosuficiencia, el ser autoválido y capaz de realizar actos por su cuenta, serán los veredictos favorables que permitirán que las cosas sigan igual, por lo menos dos años más.

Pero además de esta evaluación en domicilio realizada por una asistente social y dos forenses, esta evaluación requiere de una evaluación (también minuciosa) en PAMI.





Recomendaciones para la realización de peritajes respetuosos



-          Incluir informes previos de diferentes disciplinas de salud (clínicas, neurológicas, psicológicas, psiquiátricas, sociales) haciendo lugar a la opinión de la persona evaluada acerca de qué áreas es conveniente incluir.



-          Incluir el uso de nueva tecnología en las entrevistas, para que éstas sean filmadas y/o grabadas, o que otros profesionales puedan observarlas simultáneamente (vía Skype, por ejemplo). Esto podría evitar los abusos y  malos tratos, funcionando como un elemento de control para los profesionales. “Que haya una cabeza mirando y pensando por encima del perito.” Además, ese mismo material puede ser evaluado por otros profesionales, buscando más opiniones acerca del mismo (en caso de que no haya acuerdo o sea controvertido el resultado). Eso evitaría la exposición a una nueva instancia de evaluación.



-          Preferentemente es recomendable no realizar peritajes en hospitales psiquiátricos, mucho menos si lo que se evalúa es la posibilidad de una internación. El temor a quedar internado atraviesa toda la entrevista, estando presente como posibilidad amenazante de quedar internado en un “lugar de locos”, en el que prima la peligrosidad como representación social de esos espacios, donde muchos están allí detenidos de por vida, contra su voluntad. Todo lo cual puede generar, entre otras, conductas paranoicas, sentimientos de temor, ansiedad, que condicionan el resultado de la evaluación y que son producidas por las propias condiciones de evaluación. Una forma de contrarrestar esto podría ser que las personas evaluadas puedan participar de la elección del momento de la entrevista y del lugar donde se va a desarrollar.



-          Que esté prohibido realizar peritajes a personas que bajo el efecto de la medicación les sea difícil mantener una conversación.



-          Que sea posible solicitar otra evaluación u otra opinión profesional.



-          Las “rarezas” o “exotismos” en cuanto a la visión de la vida o las apariencias físicas, costumbres o formas de pensar y actuar del otro, no deberían ser causas o motivos de internación o maltrato. Deberían poder incluirse como formas alternativas; diferentes, pero no enfermas.



-          Que las personas entrevistadas tengan derecho a:

o       Saber el nombre, apellido y especialidad profesional del entrevistador.

o       Saber las consecuencias que podría tener la entrevista, los alcances de la misma.

o       Acceder a un acta de la entrevista confeccionada y firmada en el momento final de la entrevista.

o       Acceder al material tecnológico con el que la entrevista haya sido grabada y/o filmada.

o       Acceder al informe final del perito.

o       Estar acompañado por quien considere necesario en el transcurso de la entrevista

o       Conocer con anterioridad los documentos que haya que firmar, para leerlos con calma y preguntar a gente de confianza qué significan, en caso de no comprenderlos.

o       Tener tiempo para responder cada una de las preguntas sin presión “que no te apuren a responder”.

o       Ser escuchado (que esté prohibido que el perito hable por el celular cuando está realizando la entrevista de evaluación).

o       Que la relación entrevistado- entrevistador esté basada en un código de respeto mutuo, y que se eviten comentario irónicos.







Conclusiones.-



Nuestra mirada sobre los peritajes respetuosos de los derechos humanos está basada en nuestra propia experiencia. La redacción de este documento implicó una serie de discusiones en torno a las situaciones de maltrato vividas por cada uno de los que integramos APUSSAM.

La relación profesional - usuario es una relación bastante asimétrica: fundamentalmente, en relación al trato de este “informador a la justicia”, y a la función que tiene cada uno en el marco de una entrevista. Un peritaje no debe ser un mero rastrillaje, que de cuenta sólo de aspectos superficiales de una persona, sino que debería ser un trabajo arqueológico respetuoso de los sujetos, cuya intención sea la de poder recobrar la historia de la persona, entender el porqué de un padecimiento, y de esta manera poder ejercer una profesión desde lo humano con una mirada holística, propiciando los espacios de curación.

De esta manera, también entendemos que este documento explicita cuestiones simples y básicas en cuanto al trato respetuoso entre las personas, que no son contempladas en absoluto en situaciones de peritaje. Un respeto que permitiría una relación accesible y un trabajo más efectivo, cuya intención sea la de equilibrar una relación históricamente desigual. A nuestro entender, éste es el paso previo a cualquier cambio de legislación. Sin trato respetuoso, no hay cambio posible.



[1] Por Fernando Aquino y Daniel Tedesco, integrantes de la Apussam, organización conformada por un grupo de hombres y mujeres, usuarios de los servicios de salud mental,  que se reúne con la esperanza de  forjar un mundo en donde no existan los estigmas, ni  las injusticias relacionadas con la salud mental.
[2] Agradecemos en especial a la participación y a los aportes brindados por Rolando Hanono y Jorge Bogojevich, cuyas ideas y críticas enriquecieron los debates.

viernes, 13 de julio de 2012

Sobre la Justicia y la Salud Mental


Con mucho placer compartimos con ustedes, dos de los tres documentos elaborados por Apussam en este año 2012 (el primero es el que fue publicado en el Informe Anual del Cels y que está publicado más abajo).


Han sido el fruto de un arduo trabajo colectivo, de debate y análisis de experiencias vinculadas a las internaciones, a los peritajes y al pasaje por las oficinas y burocracias del poder judicial.
En todos ellos Apussam realiza recomendaciones para que las acciones de todas aquellas personas que trabajan en salud y justicia sea más respetuosa de los derechos de todos. 

"Sobre la Justicia y la Salud Mental" está dirigido a Operadores Judiciales que quieran adentrarse en las prácticas respetuosas de los Derechos de los Usuarios y Usuarias. Esperamos que lo disfruten!!!

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Sobre la Justicia y la Salud Mental: Sugerencias de APUSSAM[1]



1.- Introducción:



En este documento pretendemos compartir las principales ideas a las que llegamos luego de largos debates. Siendo todos usuarios de los servicios de salud mental, hemos atravesado diversas experiencias con la Justicia, debido a internaciones forzosas y procesos de insania o inhabilitaciones.

Las charlas entre pares sobre aquellas experiencias transitadas en diversos ámbitos de la Justicia nos permitieron recordarlas y analizarlas. Cierta sensación de “inseguridad jurídica”, producto de los obstáculos para que podamos acceder a una “Justicia Justa” en casos de interdicciones (insanias e inhabilitaciones) motivó el debate y el análisis grupal, del cual surgen las sugerencias vertidas en este documento.

En principio destacaremos las principales fallas que entendemos obstaculizan el actuar de la justicia y de un trato justo, para luego detallar algunas recomendaciones que podrían hacer de las prácticas de los curadores, jueces, fiscales, defensores, asesores, peritos y abogados, un trato más respetuoso.



2.- Principales fallas en los procesos judiciales.



- Los jueces suelen ser muy inflexibles y distantes.

En nuestras experiencias los encuentros con los jueces no se han caracterizado por ser positivos. El espacio de tensión, el breve tiempo del encuentro, las preguntas cortas y cerradas, no daba lugar para que nosotros podamos participar junto con los jueces en las decisiones que incumben a nuestra salud mental y nuestra vida.



- Problemas y fallas en la comunicación entre los operadores judiciales.

Curadores, peritos, fiscales, defensores y Jueces no siempre están en contacto entre sí. A veces la ausencia de comunicación caracteriza a las decisiones que tomaron sobre nuestros tratamientos y otras veces fueron fallas o malentendidos en la comunicación entre ellos. La ausencia de conexión entre las diferentes instancias judiciales es una de las complicaciones del proceso que más se reitera. Cada operador sabe y se ocupa de una parte del proceso, de manera independiente, como si estuviera solo en el ámbito de la justicia y como si la persona pudiera separarse en diferentes secciones: psiquiátricas, legales, médicas, sociales; sin articular el trabajo ni entrar en comunicación entre ellos.

Además, falta comunicación también entre los operadores y los usuarios. No sólo necesitamos hablar con el Juez, quien finalmente tomará las decisiones; también con los técnicos que intervienen en nuestros procesos: médicos forenses, trabajadores sociales, peritos, fiscales, defensores.



-Escaso tiempo de audiencia.

No todos pudimos conocer a los jueces que intervenían en nuestras “causas”, pero para aquellos que logramos acceder a una audiencia, nos ha sucedido que las mismas duraron apenas unos minutos. Creemos que ningún juez puede tomar una decisión respecto de la vida de una persona en cinco minutos de diálogo.



3.- Sugerencias a los operadores judiciales:

Pasaremos ahora a detallar algunas recomendaciones para el trabajo en las diversas instancias judiciales, con el objetivo de que puedan ser más respetuosos de nuestros derechos.



- En la primera entrevista con profesionales, técnicos, peritos, etc.

Nuestra historia de relaciones con diversos operadores judiciales nos ha enseñado a desconfiar, producto de diversos maltratos recibidos por técnicos y profesionales de la salud y la justicia, quienes muchas veces nos han perjudicado tomando decisiones erróneas.

Si nada hay que esconder, si nada tienen que ocultar, pedimos que al presentarse en nuestras casas o al visitarnos en hospitales o centros de internación, se presenten dando acreditación de quiénes son. Creemos indispensable que antes de iniciar una entrevista el profesional se presente, dando su nombre y apellido, especialidad, pertenencia institucional, funciones y en lo posible una tarjeta o datos de contacto para que podamos comunicarnos o preguntar por él.

Luego, pedimos nos expliquen el motivo de la citación o de la visita, el por qué de esa entrevista y lo más importante: detallar y explicar claramente cuáles son los alcances de esa entrevista, sus posibilidades y límites.



- Presencia de acompañante en las entrevistas:

Incluir siempre la posibilidad de que alguna persona esté presente en los encuentros con profesionales, técnicos, operadores judiciales, en caso de que lo consideremos necesario. Es fundamental que esa persona sea elegida por nosotros.

Esta recomendación se torna de primordial importancia cuando se trata de una entrevista con el Juez, y más aún cuando es la primera entrevista con él. El primer contacto con el Juez genera mucha ansiedad, entre otros motivos por el poder que tiene de modificar el curso de nuestras vidas. Creemos que el primer contacto con él es muy importante, la primera impresión que daremos tiene un gran peso para el transcurso de los acontecimientos que se sucederán en nuestras vidas y tratamientos. Necesitamos tener la posibilidad de estar acompañados de alguien que nos de tranquilidad y seguridad.  Que podamos elegir con quién asistir.



Entrevistas respetuosas y en espacios privados:

Para generar climas más distendidos, en los que podamos dar cuenta de cómo estamos, quiénes somos, necesitamos que se desarrollen en espacios donde la privacidad esté cuidada y respetada. En espacios donde sea posible conversar con tranquilidad, escuchándose, sin interrupciones. En espacios donde no esté entrando y saliendo gente, donde no puedan interrumpir, donde no estemos al alcance de la vista de otras personas y que no puedan escuchar lo que decimos. Además, quienes nos entrevistan / interrogan deberían cuidar que sus celulares estén apagados para que la conversación tenga la privacidad necesaria.



Audiencias accesibles con el Juez.

No queremos que nos traten como cosas. Queremos que nos escuchen. Las audiencias con el Juez debieran ser accesibles a todos, necesitamos que éstas se respeten como un derecho y que no funcionen como un “trámite” de cinco minutos. Que las audiencias o “contactos directos” no sean simplemente una necesidad del proceso judicial, sino que sea una instancia de intercambio en donde reine la tolerancia y la intención sea la de escuchar al usuario.

Para que esta posible instancia de audiencia que brinda la ley sea accesible a todos, debería tener como requisito un trámite burocrático administrativo sencillo, de fácil y rápida realización para todos, para que todos podamos pedir la audiencia que queremos y a la que tenemos derecho.



Incluir un sistema de APOYOS

Existen instancias del proceso judicial que a veces no comprendemos; en ocasiones debemos notificarnos de documentos que no entendemos. Si pudiéramos disponer de tiempo para conservar los documentos que debemos firmar, podríamos consultar con profesionales de confianza o con nuestros defensores, de qué se trata y pedirles que nos traduzcan a un lenguaje sencillo y coloquial lo que dicen los documentos de los que debemos notificarnos.

Solicitamos la posibilidad de incluir personas de confianza que nos asesoren de manera coloquial y en un lenguaje sencillo sobre las diferentes instancias del proceso judicial que estamos atravesando, que nos esclarezcan las etapas que hemos atravesado y las que nos falta pasar, cuáles son nuestros derechos en ellas y por qué está sucediendo lo que nos sucede. 

Estas personas deberían ser provistas por el sistema judicial, pero si así no fuera, o si el defensor / curador no fuera de confianza, debemos tener el derecho a elegir con quién informarnos y asesorarnos, a quién acudir y a quién pedir que nos acompañe; ya sea un profesional calificado, un familiar, o un integrante de una organización de usuarios o de Derechos Humanos.



Transmisión clara y precisa de la información.

Independientemente de lo dicho en el punto anterior, creemos que no debe reemplazar la obligación del defensor y del juez de explicarnos cuáles son nuestros derechos y qué implica el proceso que se nos está iniciando.

Sería pertinente la inclusión de alguna folletería de consulta sobre temas como la capacidad jurídica y el acceso a la justicia, derechos reconocidos en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPCD), así como también el derecho que tenemos a un abogado, previsto en el Art. 22 de la Ley de Salud Mental. Sin embargo, esto no debería suplir la explicación verbal.



Primeras acciones ante una denuncia por razones de Salud Mental

Ante una denuncia de un tercero, el juez debería tomar como primera e infaltable medida, la de citar a la persona denunciada para conocer su punto de vista sobre la denuncia e interiorizarlo de los pormenores.

Antes de ordenar una internación, debiera existir un diagnóstico interdisciplinario que lo recomiende.



Derecho a incorporar pruebas e informes de parte.

Tal como lo explicita el artículo 22 de la Ley de Salud Mental, tenemos derecho a contar con un defensor que represente nuestros intereses, y que pueda optar por incorporar informes de parte en nuestros procesos judiciales. Esto implica que si contamos con un médico psiquiatra / clínico / psicólogo / trabajador social de nuestra confianza que pueda mostrar algún aspecto de nuestra salud que haya estado ausente en informes anteriores, o un punto de vista más favorable para nosotros,  podemos hacerlo.

Evitar el uso de la fuerza pública.

Desde Apussam estamos convencidos que la intervención policial en razones de salud no es lo más conveniente. La salud y la fuerza pública no debieran estar mezcladas. Sólo debería apelarse a su uso en causas extremas, como un último recurso, y no como la vía administrativa que usualmente busca a las personas usuarias para llevarlas al hospital.

En el mismo sentido, creemos que las citaciones no debieran ser POLICIALES. Es muy abrupto que intervenga la policía en todo este proceso, esa debiera ser la última medida a tomar. Otros actores pueden tomar ese rol, desde un lugar más humano y explicativo. Rolando, un integrante de Apussam, compartió su experiencia: “Me despacharon. Conmigo siempre vino la policía. De casa directo a la cama del hospital, a llenarme de piojos, deshidratarme y a estar dopado de tanta medicación.”



Un sistema más eficiente.

Hacer más eficiente y eficaz el circuito administrativo, evitando dilaciones producidas en parte por la falta de comunicación entre áreas médicas, psiquiátricas y sociales a su interior y por falta de conexión con los sectores de trabajo y vivienda del gobierno.



4.- Palabras finales.

El presente documento es, como se explicitó anteriormente, el fruto de una labor colectiva en donde se ha puesto a trabajar nuestra propia experiencia en función de que estos aportes puedan modificar ciertas prácticas del ámbito judicial del que somos, la mayoría de la veces, involuntariamente parte – hasta ahora silenciada-.

Optamos por apostar a la transformación social e institucional cuya misión será poner estas palabras en acción. Creemos que es necesario y fundamental que se allane el acceso a la justicia de las personas usuarias de los servicios de salud mental, que pueda encontrarse la certeza jurídica y la protección legal de los usuarios, sean carenciados o no.

En la medida que ciertos canales sean más accesibles, y desaparezca la estigmatización hacia las personas con discapacidad psicosocial, de la que no está exento el ámbito judicial, éste podrá transformarse en un organismo que resguarde los derechos humanos de los usuarios y usuarias, incluso también durante los tratamientos, en los que no debería haber internaciones prolongadas innecesariamente, ni abandono de personas, o cronificación de pacientes, mala alimentación, sarna, pediculosis, negligencia médica, sobremedicación y otros tantos tratamientos abusivos del personal médico.

Es el deseo de los integrantes de APUSSAM que podamos colaborar en esta transformación, y así fortalecer nuestros derechos a acceder a la justicia, a contar con una evaluación justa. No al abandono social ni familiar. No al depósito de pacientes. Nada sobre nosotros sin nosotros.







[1]Por Fernando Aquino, Rolando Hanono y Daniel Tedesco, integrantes de la Apussam, organización conformada por un grupo de hombres y mujeres, usuarios de los servicios de salud mental,  que se reúne con la esperanza de  forjar un mundo en donde no existan los estigmas, ni  las injusticias relacionadas con la salud mental.

jueves, 5 de julio de 2012

Mas encuentros entre usuarios!!!

El 4 de julio conocimos la Casa de Medio Camino del Poder Judicial. Alli nos encontramos con las mujeres que viven en la casa y tambien con otras que vivieron en ella y estaban de visita. Tuvimos un encuentro hermoso y disfrutamos de muy ricos choripanes!
Nos hicimos un tiempo para conocer la casa, aprender cómo se organizan en ella y las posibilidades que les brinda a las mujeres que viven alli. Tambien pudimos darnos a conocer nosotros, difundiendo asi nuestro trabajo y el espacio de la asamblea. Preguntas y respuestas en una charla amena que esperamos sea la primera de muchas!!
Aca unas fotos para compartir el evento









lunes, 2 de julio de 2012

Otra batalla contra el estigma: Todxs con la SUBE!!

En el mes de marzo y por la inquietud de uno de nosotros, empezamos a trabajar la idea de elevar un pedido/proyecto a la Secretaría de Transporte de la Nación para que el "Pase de discapacidad" que tantos problemas de discriminación y estigma trae, sea reemplazado por la tarjeta SUBE. 

El pedido se basa en que, ya que la tarjeta SUBE tiene datos personales de quien la utiliza, pueda reemplazar al pase como actualmente se hace con el "pase libre" del Subte, en donde se utiliza una tarjeta anatómicamente similar a la que utiliza la población toda, no generando una diferencia y por ello evitando situaciones conflictivas con  choferes y demás personal de transporte, como hemos visto que ha sucedido en reiteradas oportunidades. 

La nota fue firmada colectivamente por APUSSAM y presentada, junto con una carta de adhesión del CELS, hoy mismo en la Mesa de entradas de la Secretaría de Trasporte de la Nación. 

Queríamos compartirlo con ustedes, que conforman la "comunidad virtual" de APUSSAM, ya que nos da mucha alegría que se estén dando los primeros pasos con una propuesta impulsada desde las entrañas mismas de la Asamblea.

Sabemos que éste es sólo el comienzo, pero estamos felices del trabajo ya hecho, y más aún, del trabajo que está por hacerse al respecto.

Pronto, esperemos tener más novedades en el blog sobre cómo siguen las gestiones!!!

Abajo copiamos la carta

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AL SR. TITULAR DE LA SECRETARÍA DE TRANSPORTE
MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA Y SERVICIOS PÚBLICOS
DR. ALEJANDRO RAMOS
S/D.-


De nuestra mayor consideración,


            Nos dirigimos a Usted en nuestro carácter de Asamblea Permanente de Personas Usuarias de los Servicios de Salud Mental o APUSSAM. Somos una agrupación en la que buscamos resguardarnos de la situación de inseguridad jurídica en la que atendemos nuestra salud. Buscamos cambiar la legislación e incidir en la creación y transformación de políticas públicas que permitan evitar abusos y mala praxis. Buscamos que cada falta de respeto, cada acto de discriminación que pretenda marcarnos con el estigma de la locura, se convierta en un espacio y un motivo de lucha para transformar la sociedad.

            Nuestras actividades se basan principalmente en la incidencia en políticas públicas, así como también en el dictado de charlas y talleres donde compartimos nuestras experiencias como usuarios y expresamos en ellas nuestra forma de entender el sistema de salud, el rol de los profesionales y de la medicación, difundiendo el nuevo paradigma que introduce la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad y la Nueva Ley de Salud Mental Nº 26.657. Además, compartimos las dificultades de convivir en esta sociedad donde la locura es una marca de peligro y delincuencia, luchando contra el estigma y transformando su sentido.

            El motivo de la presente es extenderles la duda que desde APUSSAM ha surgido con respecto a los Pases de transporte por discapacidad. Dado que a partir de marzo del corriente la comunidad toda debe contar con la tarjeta SUBE de transporte, la cual contiene datos específicos de los usuarios y es intransferible, desde APUSSAM se pensó la idea de que las tarjetas SUBE de las personas con discapacidad pudieran reemplazar al "PASE", el cual trae serios inconvenientes respecto del maltrato y estigmatización que sufren a diario los usuarios con pase de discapacidad, debido a la marca que realiza, señalando quienes son discapacitados y quienes no, y debido a lo fácil y corriente que son sus falsificaciones (tenemos testimonios y denuncias de personas que han sido bajadas del transporte ante la duda de que el pase fuera original, o a quienes se les ha faltado el respeto por presentarlo). 

            Desde APUSSAM entonces, quisiéramos saber si desde la Secretaría de Transporte se está trabajando sobre la posibilidad de reemplazar al PASE por discapacidad por una tarjeta SUBE, de manera que todas las personas, con o sin discapacidad, tengamos la misma tarjeta de transporte. Dada la capacidad de la tarjeta SUBE de contener información sobre el usuario, los beneficios que cada uno tuviera en relación al uso del transporte público, estarían guardados en la misma sin generar una marca o un sello distintivo a partir de un pase con características diferentes. Esto favorecería la inclusión, la no estigmatización y el ejercicio de derechos de los usuarios con discapacidad en igualdad de condiciones para con los demás usuarios de transporte. En los subterráneos de la Ciudad de Bs. As. ya se implementa un tarjeta de "pase libre" que tiene las mismas características anatómicas que las tarjetas que utiliza cualquier otro usuario. Esto es muy bien recibido por la comunidad de personas con discapacidad dado que no sienten que se genere una diferencia para con ellos. 

            Solicitamos a Uds. que si esta posibilidad no se está contemplando, se nos advierta de modo de poder efectuar la presentación pertinente a fin de que esta idea surgida de los usuarios de los servicios de salud mental agrupados en APUSSAM,, pueda ser debidamente presentada.

En virtud de todo lo expuesto, solicitamos a Ud. tenga a bien brindar la información requerida, remitiéndose la documentación correspondiente a la sede institucional del CELS (calle Piedras n° 547, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, C1070AAK, tel. 4334-4200, correo: asambleausm@gmail.com).

Sin más, saludamos a Ud. muy atentamente, quedando a su disposición para cualquier consulta o comentario.

APUSSAM – Asamblea Permanente de Personas Usuarias de los Servicios de Salud Mental, representada por los abajo firmantes.-