lunes, 18 de julio de 2011

Charla de Capacitación para Abogados

El pasado  miércoles 13 de julio, los integrantes de Apussam fuimos invitados por la Defensoría General de la Nación para capacitar a los abogados que serán los defensores de las personas que sean internadas contra su voluntad en Hospitales y Clínicas Psiquiátricas de la Ciudad de Buenos Aires. La “Unidad de Letrados del art. 22 Ley 26.657” (así su nombre) es un programa piloto de abogados, psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales que funcionará desde el 1° de Agosto en Ciudad de Buenos Aires, representando los intereses y controlando las condiciones de internación, a fin de garantizar a la persona internada el menor tiempo de internación posible, condiciones de internación respetuosas de los derechos humanos y que su voz y sus necesidades sean escuchadas.
Para Apussam fue un placer y un honor ser parte de esta capacitación y poder plantear nuestros puntos de vista respecto de las acciones a seguir por los abogados que desempeñarán un rol fundamental en la aplicación efectiva de la Ley Nacional de Salud Mental (Ley 26.657).
Compartimos con ustedes el documento elaborado por Apussam a partir de las preguntas y que los abogados de la Unidad de Letrados nos hicieron llegar.




Capacitación del cuerpo de letrados que asumirá la defensa técnica de las personas internadas en forma involuntaria en la Ciudad de Buenos Aires.

Charla que dictará APUSSAM.

Lo que sigue son sugerencias e ideas de la APUSSAM para colaborar en el diseño del trabajo que asumirán los equipos de abogados, trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras, en la defensa de personas internadas en forma involuntaria.
Estas sugerencias e ideas surgieron a partir de las preguntas realizadas por los abogados y buscamos respuestas que puedan ser representativas del colectivo de usuarios. Sin embargo, queremos esclarecer la importancia de realizar un trabajo artesanal: cada persona es única, no hay recetas para un trabajo de este tipo, lo que resultó con una persona con otra puede ser contraproducente. Es importante escuchar, estar dispuesto a dudar, a corregir, y a diagramar el trabajo junto al otro. La delimitación de lo posible del trabajo sería muy bueno que pudiera hacerse en conjunto entre el equipo defensor y la persona defendida. La palabra de los usuarios debe estar presente en su defensa técnica.

1) Sugerencias e ideas para los abogados para contemplar en el desarrollo de la primera entrevista con la persona internada:

 Antes de entrevistarse con su defendido/a, averiguar en qué condiciones llegó al hospital, quién lo entrevistó y/o realizó la admisión, qué medicación le dieron, por medio de una charla informal con los profesionales tratantes. Además, leer la historia clínica o legajo que se haya abierto. Así tendrán un “pantallazo” de lo sucedido desde la versión que en el hospital / clínica puedan darle.
Hay diferentes pensamientos en relación a la conveniencia o no de que asista solamente el abogado, o de que vaya acompañado de otro profesional:
Algunos pensamos que lo mejor es que vaya solo, porque profesionales “psi” hay demasiados y ya no dan confianza. La figura del abogado sería lo novedoso e interesante.
Otros pensamos que lo mejor es que el abogado esté acompañado de un psiquiatra. Así podrá estar asesorado sobre la medicación que le dieron, si está sobremedicado, si está en condiciones de entender lo que se converse en la entrevista, podrá tener una opinión en torno al diagnóstico con el que entró.
Todos coincidimos en que el abogado no esté acompañado de profesionales ni personal de la institución donde está internada la persona. La conveniencia o no de la presencia de otro profesional dependerá del caso a caso.

En el primer contacto con la persona internada, hacer una presentación breve, informal, tranquila, distendida, amigable. Luego ir a algún lugar con cierta privacidad para tener una entrevista a solas, que nadie pueda interrumpir ni escuchar.

Ya en la entrevista:
-              En primer lugar presentarse formalmente: ofrecer la matrícula habilitante, el documento, toda documentación que pruebe quién es, que de verdad va a defenderlo, que no es un empleado del hospital, que está de su parte.
-              Luego ESCUCHAR, qué es lo que tiene para decir la persona internada, preguntas, dudas…
-              Luego indagar cómo fue atendida (escuchar su versión) y si recibió buenos tratos. Suele suceder que en los hospitales no informan quién es el médico tratante, quién hizo la admisión, por qué están internados, en dónde están, qué día es, qué medicación dieron y mucho menos qué efectos tiene. Ante tanto desconcierto, que el abogado pueda esclarecer esas dudas (y por eso pensamos en una previa “investigación” con lectura de legajo y entrevista a profesionales actuantes).
-          Esclarecer el rol del abogado, transmitir claramente que está ahí para sacarlo de la internación (que no se va a morir ahí encerrado) y que va a intentar que esté ahí lo menos posible, y lo más importante: que el tiempo que esté internado debe ser un tiempo de cura donde sea respetado, y el rol del abogado será el de cuidar que así sea, que sus derechos se respeten. Esto implica definir los límites de su actuación, qué puede hacer y qué no.


2) Sugerencias para facilitar la comunicación:
Ser claro, concreto, evitar términos jurídicos, dar ejemplos, evitar la abstracción y apelar al pensamiento concreto. No extenderse demasiado, pocas palabras y precisas. No aclarar lo que no es necesario. Hablar despacio y pausado, con palabras fáciles y de uso común. Vestir de manera informal (no con traje) también puede ayudar.
La figura de un trabajador social o antropólogo a veces puede facilitar la comunicación, oficiando de “traductor cultural”, poniendo en términos accesibles lenguaje técnico especializado.

3) Sugerencias para el transcurso del trabajo.
- Organizar un plan de trabajo en la primera entrevista y llevarlo adelante. Cumplir con lo pautado (para lo cual es importante no proponerse cosas que no van a poder cumplirse). De la primera entrevista debería surgir un objetivo y una tarea par el siguiente encuentro (y así sucesivamente) y un plan de trabajo a largo plazo con un objetivo a ser cumplido (la externación).
- Creemos que tener entrevistas semanales puede aliviar a la persona internada, quien tal vez no tenga acceso a la comunicación y saber que tal día a tal hora vendrá el abogado, alivia porque tendrá a quien contarle lo que le pasó en esa semana y cómo están sucediendo sus días.
- Dejarle a la persona defendida los datos (teléfono, mails) es importante, para que ella pueda comunicarse cuando sea necesario. Pero más importante aún es facilitar en lo posible el acceso a la comunicación: gestionar en el hospital/clínica el acceso al teléfono público (si lo hubiera) o a un teléfono dentro del hospital, o que le dejen tener su celular/netbook/notebook (en caso de que la persona internada disponga de alguno de estos elementos que facilitan la comunicación). Una opción es entregar una tarjeta pre-paga para realizar llamadas y que la institución sólo tenga que facilitar el aparato telefónico (o una salida con permiso para llegar a un teléfono o cabina telefónica).
- Indagar lo menos posible sobre su historia, su diagnóstico, sus internaciones, su padecimiento. Sólo buscar aquella información necesaria para que sus derechos se respeten en la internación y para obtener el alta lo antes posible. Creemos que esa información no debería buscarse en la primera entrevista, sólo una vez que haya un vínculo de confianza. De todas formas, muchas personas suelen contar espontáneamente ese aspecto de su vida, en ese caso sólo tendrán que escuchar.
- En cuanto a realizar un acta de lo conversado. En la primera entrevista no debería hacerse  porque podría generar desconfianza. En las siguientes entrevistas, sí sería bueno hacerlo, pero sólo si ambas partes lo consideran necesario. Puede ser algo a ofrecer y que decida la persona internada. En caso de hacerse, creemos que debería ser un acta que figure en un libro de la Defensoría General de la Nación (no en una hoja en blanco). A la persona internada, debería entregarle un comprobante del acta que indique Nº de foja y de acta, pero NO entregar una copia de lo conversado porque podría ser usado en su contra dentro de la institución. Es importante resguardar a quien tal vez esté haciendo una denuncia sobre malos tratos o abusos. Por eso buscar un espacio privado para la entrevista y no entregar copia de lo dicho (que podría ser usado en su contra dentro de la institución). Es importante contemplar que no se firme el acta ni ningún papel cuando la persona internada está bajo el efecto de medicación que dificulta su entendimiento.
- En cuanto a la superposición de la entrevista del abogado junto con otras actividades institucionales: no encontramos ningún inconveniente en la interrupción de actividades. Tratándose de la llegada de quien puede sacarte del hospital, toda actividad puede ser interrumpida. En el grupo, sin embargo, también hubo otras opiniones, como las que sostenían que si llegaba al momento de la comida, que pudiera esperar a que termine de comer porque posiblemente se quede sin comida en caso de interrumpir ese momento.
- En cuanto a la duración de las entrevistas: la primera podría durar no más de 30 minutos (es importante que en poco tiempo pueda quedar claro quien es quien y para qué están ahí). Para las restantes entrevistas la duración será la necesaria, según las facilidades / dificultades del trabajo y de la comunicación.
- Es importante poder dejar los datos del abogado a otra persona, pero no necesariamente un familiar. A veces la familia es la peor enemiga. Esa persona debería ser designada por la persona internada, siendo alguien de su máxima confianza.
- El rol del psiquiatra podría incluir el control de la medicación y la posibilidad de intervenir realizando modificaciones al tratamiento farmacológico y/o abriendo el diálogo con el equipo tratante.


4) Sugerencias para el trabajo del equipo interdisciplinario, tal vez los trabajadores sociales sean los agentes más idóneos para favorecer el respeto a las siguientes preguntas:

-¿Qué personas nos hacen sentir mejor?
-¿Qué personas no ayudan cuando nos sentimos mal?
-¿Hay algún alimento que nos haga sentir bien o mal cuando estamos en crisis?
-¿Qué necesitamos que hagan nuestros familiares y amigos cuando no estamos bien?
-¿Qué tratamientos probamos en el pasado y funcionaron?
-¿Qué tratamientos no funcionan?
-¿Qué tratamientos no estamos dispuestos a probar?
-¿Quién puede encargarse de las decisiones de salud mental cuando nosotros no podemos?

Estas preguntas son parte de las Directivas Anticipadas, que si bien ya no podrán hacerse en forma anticipada, pueden ser preguntas a trabajar junto con las personas internadas para favorecer que el transcurso de la internación sea lo más llevadero posible.

Una idea tal vez utópica: que la entrevista de admisión a cualquier institución donde tal vez una persona quede detenida, solamente pueda ser tomada en caso de estar acompañado por su abogado/a.

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