jueves, 13 de noviembre de 2014

Somos voz y voto.

Compartimos un nuevo escrito de APUSSAM, sobre el derecho al voto.
Fue publicado en el "Manual de buenas prácticas en el acceso a la justicia para garantizar el derecho al voto de las personas con discapacidad intelectual y psicosocial." Coordinado por la Defensoría General de la Nación.  

Somos voz y voto
Por Apussam[1]

¿Por qué queremos ejercer el derecho al voto universal y secreto?
Una vez nos preguntaron: ¿Por qué quieren votar? Nosotros respondimos: ¿Quéeeee? ¿Qué por qué queremos ejercer el derecho al voto? ¿qué pregunta es esa? ¿por qué queremos tomar agua? ¿por qué queremos respirar? ¿por qué necesitamos vivienda? ¿por qué necesitamos salud? Qué preguntas obvias! Preguntas formuladas de arriba hacia abajo. Preguntas pe-li-gro-sas!
LA PREGUNTA es ¿Por qué nos dejaron sin votar? ¿por qué nos quitaron el derecho al voto universal y secreto?

Ejercicio pleno del derecho al voto de las personas usuarias de los servicios de salud mental.
Queremos el ejercicio pleno de derechos, incluyendo también las obligaciones que contraen, en igualdad de condiciones con los demás. Los usuarios de los servicios de salud mental, podemos y debemos votar, queremos recuperar nuestro derecho a voto, haciendo ejercicio plenamente de nuestros derechos como ciudadanos argentinos. Y así contribuir al bien común, con los plenos derechos y ejercicios constitucionales de igualdad, contemplados en la Constitución Nacional.
El derecho al voto de las personas con discapacidad es respetado por la Constitución Nacional, por la Ley Nacional de Salud Mental y la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Por tanto se debe permitir y proteger, incluso al paciente en situación de Interno de nosocomio o en terapia, y entregarle su DNI habilitante, darle prioridad en el transporte público en el día del comicios y sucedáneos y todo aquello que garantice el derecho al sufragio. El sufragio universal de pacientes en Terapia es un bien y una obligación que el Estado y la ciudadanía deben proteger.

¿Por qué nos negaron el derecho al voto?
Todos y todas tenemos derecho a votar. No hay votos de primera y de segunda. No queremos votos calificados. La constitución nacional y la ley de salud mental reconocen que todos tenemos derecho a votar. Sin embargo, en la práctica, no todos ejercemos este derecho en iguales condiciones.

Trabajo de campo.
Les hicimos entrevistas a amigos que no saben del todo nuestra historia. A los que les preguntamos: “¿qué pensás de una persona que está internada en una institución psiquiátrica y tiene que votar?” Y las respuestas fueron estas:
-          Respuesta 1. Profesión ingeniera. 63 años. Sexo femenino. “No, no debe votar. Podría ser influenciado por los que la llevan al cuarto oscuro si recibe apoyo de un acompañante, en el caso de que ellos no puedan valerse, porque ellos no saben lo que hacen.”

Entonces le preguntamos: “¿y si antes hubiese recibido asesoramiento especializado, igual le sacarías el derecho?” Y nos dijo: “Si! Porque está bajo los efectos de la medicación.”
-          Respuesta 2. Comerciante. 46 años. Sexo masculino. “Como van a votar si no saben lo que hacen. Como van a saber a quién votar.”
El imaginario colectivo es que el internado en una institución psiquiátrica no sabe lo que hace. Que es fácilmente influenciable. Que no es sujeto de voz. Que no debe votar tampoco. Que no puede elegir.
Volvemos al principio.
Somos sujetos de palabra y de derecho. Merecemos elegir como cualquier ciudadano. Nos privan de derechos. Aunque el imaginario del otro sea que un poco de medicación te saca del mundo, les decimos: te adormece por un ratito, sólo eso, pero jamás perdés la conciencia, sabés muy bien lo que pasa: Si te violan, si te pegan, si te atan, si te dan electroshock, si te pinchan, si te empujan, si te rasguñan las enfermeras con sus uñitas cuando te ponen la bata bruscamente.
Asique parece ser que podemos padecer todos los ultrajos de los no derechos, ¿por qué? ¿Somos torcidos?
¡¡¡TENEMOS DERECHOS!!!
Parece que del pinchazo todavía no zafamos, y decimos ¡Todavía! Pero ese derecho lo exigimos: llevaremos las urnas o vendrán las urnas.

En el hospital te sacan la realidad y el voto sería acercarla.
Adentro del hospital te sacan la realidad. Cuando te meten ahí adentro el mundo se acabó.
No escuchás los ruidos de la calle, las conversaciones de las personas que podrían pasar caminando, sus voces, los estornudos; los motores de los autos, sus bocinas; el viento, las hojas de los árboles cayendo, los ladridos de los perros. La calle quedó lejos, nada de ella se escucha.
El aislamiento hospitalario también te distancia de tus amigos, de tu familia. Tu casa quedó lejos ¿pero acaso no era que el que estaba allá lejos era el hospital? Ahora es mi barrio el que quedó distante. Además, la sobremedicación te impide conectarte. Y tu trabajo quedó perdido. Quedaste aislado, del afuera, de la gente, del trabajo, del mundo que tenías.
Sin radio, sin diarios, sin revistas, sin relojes, sin teléfonos, sin televisión, sin conexión.
Una campaña política podría ser, para quienes están internados, un atisbo de realidad, la vida entrando al hospital.

Recomendaciones para que el derecho al voto pueda ejercerse.
Queremos que haya gente (operadores estatales, partidos políticos, organizaciones sociales) que vaya a contar a los hospitales sobre el proceso electoral, a informar qué se vota, qué se renueva, quiénes son los candidatos y las propuestas.
Los candidatos de los partidos, podrían también dar discursos en hospitales y fomentar el debate político.
Estas prácticas de acercar información y de dar difusión sobre el proceso electoral, junto a estas campañas electorales que proponemos se desarrollen al interior del hospital, podrían enmarcarse en el ejercicio de la nueva ley de salud mental y de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPCD). Así, a partir  de la difusión del derecho al voto, podrían difundirse las leyes y convenciones que lo sustentan y que además incluyen el reconocimiento de otros derechos que la gran mayoría de las personas internadas desconocen.
Todos queremos información clara y precisa sobre el período electoral. Qué se vota, qué cargos se renuevan, quiénes son los candidatos, cuáles son los partidos, qué propuestas y discursos presentan. La información debería ser clara y accesible para todos y debería estar adecuada a las necesidades y posibilidades de quienes la escucharemos.
En todos los hospitales habrá personas que no tengan posibilidad de movilizarse, pero podrían votar ahí mismo, dentro del hospital, y para eso será necesario acercar las urnas.
Para quienes puedan ir a votar, habrá quienes puedan hacerlo solos y quienes necesiten de acompañantes terapéuticos o asistentes personales que los acompañen en el momento del voto, del viaje, etc.
En el caso de las personas que están en una institución, debería considerarse como su domicilio el del lugar donde está habitando (y no el domicilio del documento que puede ser en una localidad lejana). Esto podría facilitar el ejercicio del derecho al voto en una escuela cercana a donde se encuentra.  
A todos deberían entregarles su DNI, el que no debería ser retenido.
Se podría rever la disposición que, como en otro momento, garantizaba la gratuidad del transporte en el día de las elecciones, facilitando la movilización de las personas que deben votar.
Esperamos que estas recomendaciones y sugerencias sean observadas por el ministerio de justicia de la nación, por el bien común de todos.

Nada sobre nosotros sin nosotros.



[1] Asamblea Permanente de Usuarios de los Servicios de Salud Mental.

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