viernes, 12 de agosto de 2016

Al principio y el Fin. Texto escrito por Guillermo, compañero de Apussam



AL PRINCIPIO Y EL FIN….


Hay personas que nos ayudan a estar locos, hay personas que colaboran con nuestros delirios, con nuestros juicios errados, con nuestras manías de cómo encarar la realidad y de cómo entenderla, y estas personas no son pocas, son muchas, muchísimas, y tienen un gran talento para confundir aún mas, la que ya es verdaderamente confuso…. El amor, oh si el amor, palabra poderosa y única como no hay otra, el amor nos mantiene vivos, nos mantiene calientes, aún en el peor de los momentos, en la peor de las batallas, en el más sangriento de los destinos, y en la peor de nuestras suertes a las que nos haya de arribar la vida…. El amor para un loco puede estar en cualquier cosa, en una canción, en un poema, en una flor, en un cuadro, el amor puede estar en la primavera, en una nube en el cielo, en el sol de enero, en un recuerdo, en alguien a quien conoció, en una ilusión, en una esperanza, en un anhelo, en un deseo…. El amor para un loco puede estar en casi todo…. De hecho el amor para un loco puede estar en todo, en todo aquello en lo que ponga su mente o su corazón…. De hecho un loco puede reflexionar y decir, tengo tanto amor en mi corazón, por tantas cosas y por tantas personas que no se porqué estoy loco….  Tal veo que esas personas sufren tantas vejaciones y tanto mal en sus vidas y en su camino que me volví loco, loco ante la vida, y loco ante el mundo, y loco ante el creador, y solo lo hice para denunciar con mi locura, los sufrimientos de esas personas a las que amo, con locura….  Y de ahí que comencé con esta mi locura, en principio solo fue un disgusto, tal vez por un mal entendido, o una situación confusa, y luego porque no logré entender algo, y mas tarde porque vi algo claramente injusto,  y me callé un reproche, o guardé silencio cuando claramente tendría que haber dicho algo…. O bien tendría que haber expresado mi opinión, y no lo hice, tal vez por miedo a la burla, o al golpe, o al desprecio…. O a la amenaza…. Y así se fue sumando, rabia, bronca, enojo, mucho de eso….  No se a cuantos les ha pasado, pero yo recuerdo claramente el día en que me volví loco…. De hecho no fue un día sino una noche, no quisiera arriesgar la nota de que me dieron una orden,  aunque no sería tan extraordinario que así fuera, debido a cosas que llegué a saber tiempo mas tarde…. Es decir recuerdo perfectamente el día en que oficialmente me volví loco, la noche mas bien…. Recuerdo que la última imagen que guardo de mi cordura, es un paredón de ladrillos, un árbol, una enorme luna redonda como trasfondo, y a un gato al pie del árbol, y en ese preciso momento, un aluvión de un millón de voces sacudieron mi cerebro…. Enloquecí….  De pronto el terror y la desesperación embargaron mi corazón y mi alma, estaba en otro mundo, en un mundo nuevo, en el cual miles de humillaciones y vejaciones eran lícitas, posibles, permitidas, plausibles, y nadie a quien recurrir, a quién pedir ayuda, o  que me comprendiera…. Solo…. Absolutamente solo…. Éramos mi humanidad, mi alma y yo, solos, ante un mundo demandante, imperativo, despectivo, exigente, cruel….Extremadamente cruel y despiadado…. Me sentí morir, en ese preciso momento  sentí como que todos mis sueños y esperanzas se desvanecían, sentí que mi vida, mi juventud se despeñaban por un desfiladero, del que nunca podría regresar, y en ese mismo momento, rompí en llanto…. La gente me miraba, me miraba llorar, mas nadie me preguntó que me pasaba, me dejaron llorando solo, me dejaron solo enfrentándome a un destino incierto, un destino sórdido, del que no había escapatoria, me dejaron solo, en la jaula de los lobos…. Y ahí estábamos solos, mi carne y los lobos…. Fue espantoso…. Yo creí haber sufrido, y creí tener experiencia ante el sufrimiento, pero algo así jamás lo había imaginado, nunca en la vida….  Jamás….  Perdí el trabajo, perdí a mi familia, perdí mi casa, lo perdí todo…. Recuerdo que caminaba kilómetros por la cuidad, noches y días, caminaba hasta que me dolían las piernas, caminaba hasta que el cansancio era un dolor terrible, insoportable, pero el mayor sufrimiento venía de mi mente, de mi cerebro…. Conversaba con miles de personas al mismo tiempo, atendía sus demandas, trataba de explicarles lo que yo sabía de la vida, me disculpaba por mis errores y trataba de explicarlos, trataba de entender el dolor y el sufrimiento de personas que me demandaban algo, personas que yo nunca había visto alguna vez en mi vida…. Y sufría y lloraba y lamentaba, y me preguntaba cuando acabaría ese infierno, donde estaban los límites para que los demás entendieran también mi humanidad, que yo también tenía preguntas y deseos y anhelos, y cosas por realizar, y metas que cumplir…. En ocasiones me subía a un colectivo, y conversaba con  las sociedades que se juntaban en mi cabeza, alguna pregunta venía desde alguien furioso en la esquina, otra venía de alguien que podía percibir mi presencia a mas de dos kilómetros de distancia, mientras mi corazón se iba llenando de un amargo silencio, gélido y mortal….  Y así divagaba entre el delirio y la mística, entre lo que podía y lo que no, entre lo probable y lo imposible…. Y así pasaron los años, las décadas, y así llegó un nuevo año, una nueva centuria, un nuevo milenio….  Y pasaron los rostros, y las personas, los lugares, los eventos, y yo me hundía mas y mas en el fango del olvido, del desaliento, sin fuerzas ya no luchaba, ya no pedía, ya no reclamaba, ya no me expresaba, ya nada…. Y así, lenta y pausadamente me iba despidiendo del mundo, de la vida, de la poca familia que me quedaba, de aquel poco cariño, raquítico, que me mostró tal vez, alguna licenciada, casi nada…. El mundo me había asesinado varias veces, y aunque la lógica  indica que uno solo puede ser asesinado una vez, cualquiera que haya estado loco y tuvo el coraje para pensarlo, sabe que uno puede ser asesinado muchas veces…. Porque en una persona hay muchas cosas para asesinar….Se puede asesinar a una persona, sin armas, mas si con el odio, el desprecio, la burla, la vejación, la intolerancia, primero tienen que matar a su espíritu, y luego todo lo demás que hay en ella, lo que la conforma como una persona, una entidad pensante, un ser evolucionado, una criatura divina….  Única e irrepetible en toda la historia del universo, un ser que nunca podrá ser recreado tal y como fue concebido, de la cual jamás se volverán a dar las condiciones para formarla nuevamente, porque es completamente imposible…. Nunca la historia de nadie, ni la historia de los antepasados de nadie volverán a repetirse para que alguien suceda en el mundo y la vida, tal y como sucedió y fue manifiesto…. Una persona que en la grandeza del macro universo, en mil veces menos que un microbio mil veces diminuto, mil veces mínimo…. Un ser viviente que es en si mismo un micro universo lleno de vida y seres vivientes llevándolo a cuestas en su organismo, y al mismo tiempo un macro universo para miles de trillones de seres millones de veces, cientos de millones de veces mas pequeños aún…. Con su historia, con sus anhelos, con sus victorias, con sus experiencias, con sus miedos, con sus aspiraciones, con sus amores, con sus deseos, con su hambre y sed de justicia…. Con la compañía y el  testimonio de los ángeles que caminaron junto a él, en ocasiones arrastrando sus alas por la tristeza…. Y me han contado que en el cielo, los hombres son mayores que los ángeles…. Ángeles que han vivido y servido al cielo por millones de eras, incontables…. Y yo pensé, porque conozco al hombre,  que no me parece que el hombre deba ser mayor que los ángeles…. Y mas tarde me contaron que en el cielo, los arcángeles son iguales a los hombres, y resoplé aliviado, porque me dije, bien, si resultara necesario, estos podrían hablar y responder por sus hermanos los ángeles….  Y me pareció bien, y me pareció justa la creación,  me pareció justo en reino, y me pareció justo en creador…. Y así un  día continué mi camino, leyendo las historias, de otros hombres y mujeres, que en otros tiempos realizaron cosas, importantes, hazañas, actos heroicos, proezas…. Y un día me senté a reflexionar, y debatía con los sabios de la tierra, con los santos, con los profetas, con los ángeles mensajeros, con los reyes….  Y conocí proverbios, cánticos, alabanzas….  No que ellos me hablaran a mí, no que yo les hablara a ellos…. Sino que leía y pensaba, meditaba, debatía, trataba de entender, y luego entendía…. Y un día en mi corazón, me encontré junto a los poderosos de la tierra, debatiendo de igual a igual, codo a codo con y entre ellos…. Y luego de bastante tiempo, de vivir y haber entrado en este reino, que era en mi alma, en mi espíritu, en mi mente y en mi corazón….      Me dije, pero: ¿A caso no me siento como uno de los príncipes que debaten con poder y potencia sobre los asuntos de los hombres y la tierra….? ¿Donde quedó ese reino de locura y demencia en el que yo vivía, donde ese mundo miserable que se consumió mi juventud, y mi vida….? ¿No estaba yo hastiado de explicar o tratar de hacerlo, cosas que no eran mis asuntos,  o que no entendía ni nunca entendí….? ¿No estaba yo acaso cansado de aquel infierno….? ¿Quién o qué fue lo que conectó una cosa con la otra, un mundo con el otro, cómo fue que de la nada pasé al todo….? Y traté de remontarme al principio, y cuando llegué al principio, recordé lo que pensaba de las personas malas, y luego recordé que había acuñado como tesoro en mi corazón, la palabra amor…. Y dije y reconocí sentir y tener amor…. Y luego me remonté a la historia de mis días pasados, de mis días viejos, de los días lejanos….
Y con lágrimas en los ojos, fui recordando el trabajo hormiga, pequeño y diminuto que habían hecho conmigo, miles y cientos de miles de personas buenas…. Personas que en medio de mi locura no podía ver, ni distinguir…. Una persona que me orientó acerca de un lugar, alguien que me llevó donde yo quería ir, alguien que estaba para recibirme, alguien que me llamaba, alguien que me ofrecía algo, y muchísimas cosas…. Pequeñas…Pero importantes…. Y mas tarde, remontando en el recuerdo, cuando fui evolucionando, madurando mentalmente,  recordé que una chica que yo no conocía se juntó a jugar a las cartas conmigo, y luego conocí a un muchacho inglés que estaba de visita, que nos contó que probablemente tendría la suerte de reunirse con el príncipe Harry que estaba en nuestro país, y así fui anotando miles y miles de buenos y amables momentos que me brindaron muchas buenas, delicadas, sutiles y a veces, en ocasiones, torpes pero bienintencionadas personas….  Y mas tarde, recordé haber conocido a un filósofo de barril, que me enseñó la filosofía de la filantropía, y mas tarde alguien que me enseñó el amor a mi mismo, y así fui de charla en charla de concierto en concierto, de saber en saber, de aprender en aprender…. Y hoy en día, si bien puedo recordar con toda claridad, cual fue el último momento de mi cordura, allá hace muchos años, en el lejano pasado, no puedo recordar claramente, cual fue el último momento de mi locura…. Y tal vez nunca pueda…. No se, tal vez sea por el amor, el que yo tuve, o el que otros me tuvieron, o tal vez sea porque el que se aferra a la vida la pierde y el que la pierde, tal vez por amor a otros, la conserva…. No se, tal vez por alguna filosofía no descubierta aún, o tal vez sea porque muchas veces, solo se vuelven locos, los que son  mas cuerdos, de entre aquellos que son buenas personas…. Para ayudar al resto….O por miles de razones…. No se…. Tal vez deba ser loco para siempre, porque como dicen algunos, las cosas del cielo son locura, y tal vez las de la tierra, no lo son menos….



FIN


Texto narrativo basado en una experiencia de vida…

Guillermo Szatynski

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