CAMPAÑA ANTIESTIGMA
El objetivo de esta campaña es la lucha contra el estigma de la locura. A partir de diversos escritos, Apussam se propone analizar, describir y compartir experiencias de vida en las que el estigma ocupó un lugar protagónico, llegando a prevalecer sobre la identidad de la persona.
Desde la Asamblea se busca difundir otra mirada sobre la locura, que la sociedad toda sepa que no somos personas peligrosas, que no hay motivos para temernos, que merecemos ser respetados.
CAZADORES DE UTOPIAS
(Texto publicado en el periódico Marcha: www.marcha.org agosto 2015)
La Ley de salud mental que
en Argentina redactó y reglamentó con éxito
el Secretario Ejecutivo de la Conisma (Comisión Nacional Interministerial en
Políticas de Salud Mental y Adicciones), Lic. Leonardo A. Gorbacz, es una
muestra cabal del cambio de paradigma, hacia los hospitales polivalentes en vez
del actual hospital monovalente, o manicomio - cárcel.
Quiero en este artículo contar
mi experiencia en el viejo paradigma que estamos intentando superar. Soy asmático,
sufro de EPOC (Enfermedad Pulmonar de Obstrucción Crónica) y de varias
enfermedades de las vías respiratorias como bronquiolitis, laringitis, asma y
otras. Estas enfermedades nunca fueron tratadas en el transcurso de mi
internación, ocurrida entre 1990 y 1991. No sólo no atendieron mis afecciones
respiratorias sino que estuve lleno de liendres y pediculosis, sin el trato que
hubieran debido darme.
Así como el hospital me ha
maltratado, la sociedad tampoco ha sabido alojarme. En especial barrios como
Balvanera - donde vivo- no están listos para respetarnos a los usuarios y
usuarias, sino, por el contrario suelen agredirnos y estigmatizarnos, como si
fuéramos sospechosos de algún crimen que jamás cometimos ni haremos. Nuestras
necesidades básicas como la vivienda, comida, trabajo, amor, familia, son utopías que la Ley Nacional de Salud Mental
26.657 contempla como aspectos primordiales a considerar en el transcurso de
los tratamientos por ser indispensables para la salud. Sin embargo, la gente,
nuestros vecinos, las fuerzas de seguridad, nos tienen tildados de
“'sospechosos”. En mi caso mantengo con holgura la casa que me dejaron mis
papás, pero la vecindad me trata como un “paciente peligroso”, como sujeto de
toda burla o sospecha. De esa forma no dan lugar y faltan el respeto al Nuevo
Paradigma que promueve el Modelo Social de la Discapacidad y el respeto a todas
las personas sin estigmatizar ni prejuzgar por haber tenido un diagnóstico.
La incomprensión de vecinos
y familiares suele ser la moneda corriente. Nuestra lucha diaria para
sobrevivir, buscando trabajo, intentando sobrevivir con una pensión por
invalidez o con planes de ayuda social, no es acompañada por familiares ni
vecinos. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad y la gente mal intencionada
busca revertir el proceso de externación y de regreso a la sociedad. Es difícil
para cada uno buscar algún sustento, conseguir un trabajo para poder vivir y
pagar alimentos, tratamientos y medicación. Además, en mi caso, también debo
enfrentarme a la difamación de quienes piensan que todo paciente es un
ex-convicto, o un sujeto “peligroso”. Yo sólo pienso en volver al hogar, vivir
mi vida de la mejor manera, incluso por qué no enamorarme, quizás casarme o
formar pareja y encontrar así al menos la aceptación de nuestro ambiente más
próximo, la familia.
Los
abusos farmacológicos y el mal diagnóstico (llamado también ''de pasillo '')
son algunas de las habituales falencias y causas de las peores
descompensaciones en los pacientes. Por ejemplo el uso de Lapenax genera
cuadros de falta de glóbulos blancos y aún anemia, el Meleril, medicamento ya
en desuso en muchos países por sus contraindicaciones, aquí sigue siendo
recetado. También podemos mencionar el empleo de Bromodol y Halopidol,
inyectables utilizados generalmente en las guardias médicas o en los centros de
salud privados. Todos ellos, constituyen una falla y una agresión contra la
salud de los usuarios de los servicios de salud mental, que debemos padecer sus
efectos colaterales. Algunos de estos efectos son los problemas intestinales,
taquicardias, contracturas que llegan a producir inmovilidad, entre otras.
Mientras
tanto en la institución hospitalaria otras cosas también suceden. Las malas
dotaciones de enfermeros y sus prácticas irrespetuosas de los derechos de los
usuarios también pueden encuadrarse dentro de las causas o condicionantes que
lejos de mejorar, entorpecen y perjudican nuestra salud. Los “madrugones'' que
nos obligan a realizar cuando estamos internados, sin dejarnos descansar, los
malos tratos, la falta de respeto y el desprecio al dirigirse a nosotros,
contribuyen a que la terapia no avance y al contrario, la cura se aleje. ¿Por
qué no nos dejan dormir un poco más de las 6 am? ¿Por qué nos obligan a
realizar trabajos de maestranza? ¿Por qué el momento del baño se transforma en
una tortura que empieza en la obligación de formar una fila desnudos, con frío,
y que termina en una ducha con agua helada? Los malos tratos de los enfermeros
se asemejan muchas veces a la escuela del ejército argentino.
En Apussam, Asamblea
Permanente de Personas Usuarias de los Servicios de Salud Mental, espacio que
integro hace años, buscamos que se concrete el cambio a un nuevo paradigma en
salud mental. En tal sentido, nos llamamos usuarios, y no pacientes, porque los
usuarios activos construimos. En cambio los pacientes pasivos esperan. No queremos
ser más personas pasivas que reciben dócilmente las órdenes médicas, órdenes e
indicaciones que nos maltrataron y torturaron. No queremos ser objetos de
protección. Elegimos ser personas activas que participan de sus tratamientos y
toman decisiones sobre su salud y su cuerpo. Soñamos con una sociedad más justa
con los usuarios y usuarias de los servicios de salud mental. Una sociedad sin
estigmas contra la locura. Estamos en contra de las internaciones, en contra
del abuso farmacológico tradicional. Existen al contrario terapias
alternativas, medicamentos de tercera generación, entre otras, que reducen
daños y efectos colaterales. Personalmente defiendo la Risperidona y la Olanzapina
que son los nuevos fármacos que favorecen las terapias breves y efectivas.
Apussam incluye entre sus
preocupaciones y motivos que nos movilizan a la reinserción social de las
personas usuarias de los servicios de salud mental y nuestra lucha contra el
estigma de la locura. Apussam es un grupo que lucha por los derechos de las
personas usuarias, por la inclusión social, por la contención familiar y
social, por los tratamientos adecuados, la labor terapia, por la priorización
de las terapias ambulatorias, y en contra de la sobremedicación y del abuso de
las internaciones. Estas son algunas de nuestras bases en Apussam, donde buscamos
integrar a todos los usuarios y usuarias, y devolverles su estimulo, haciendo
lugar a que puedan ejercer su derecho a la participación en la sociedad.
Participar en Apussam es una forma de lograr la reinserción. No queremos más
estigmas, no más exclusión ni restricción de nuestras capacidades como lo han
hecho en juicios de insanias. Nuestros derechos al trabajo, a la vivienda, a la
salud, a la vida sana y plena, a la inclusión social parecen ser una utopía
para muchos que languidecen en los servicios de internación[1].
En el año 2020 los
hospitales monovalentes debieran dejar de existir. Deberían ser polivalentes,
es decir que cada hospital debiera incluir servicios de salud mental. La
pregunta es... cuán lejos estamos de esta meta en lo político y presupuestario;
cuán lejos están los intereses sectoriales de los psiquiatras y psicólogos de
aquel objetivo. No queremos que el paradigma continúe de este modo funesto en
que lo conocemos.
El Órgano de Revisión creado
por la Ley Nacional de Salud Menta, busca dar lugar a nuevas propuestas para
solucionar o considerar problemas de los usuarios desde el acceso al transporte, a la medicación, a la vida sin estigmas,
sin prejuicio, ¿cómo encontrar el medio, cómo hacer para que la gente no nos
rechace? ¡Cuántas propuestas! Qué difícil es cada pequeño acto para un ex-interno
estigmatizado como si fuera un … delincuente
El Órgano de Revisión recibe
nuestras denuncias, busca el respeto de nuestros derechos, vela por el
cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental. La reinserción laboral, las
labores manuales e intelectuales, la posibilidad de volver al hogar, acceder a
la comida y medicinas, parecen para quienes tenemos algunas necesidades ideales
lejos de alcanzar. El Estado brinda con su planes de asistencia buena parte de
lo que buscamos pero es el estigma el que sigue allí y las necesidades básicas
y sociales - familia y amor aun - casi nunca apareces - somos pues CAZADORS DE UTOPIAS
Rolando Hanono
Integrante de Apussam
[1] Más información en www.asambleadeusuariosdesaludmental.blogspot.com Facebook: Apussam Asamblea de usuarios
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