Sobre la Justicia y la
Salud Mental: Sugerencias de APUSSAM
1.- Introducción:
En este documento pretendemos compartir las principales ideas a
las que llegamos luego de largos debates. Siendo todos usuarios de los
servicios de salud mental, hemos atravesado diversas experiencias con la
Justicia, debido a internaciones forzosas y procesos de insania o
inhabilitaciones.
Las charlas entre pares sobre aquellas experiencias transitadas
en diversos ámbitos de la Justicia nos permitieron recordarlas y analizarlas. Cierta
sensación de “inseguridad jurídica”, producto de los obstáculos para que
podamos acceder a una “Justicia Justa” en casos de interdicciones (insanias e
inhabilitaciones) motivó el debate y el análisis grupal, del cual surgen las
sugerencias vertidas en este documento.
En principio destacaremos las principales fallas que entendemos obstaculizan el actuar de la justicia y de un
trato justo, para luego detallar algunas
recomendaciones que podrían hacer de las prácticas de los curadores,
jueces, fiscales, defensores, asesores, peritos y abogados, un trato más
respetuoso.
2.- Principales fallas en
los procesos judiciales.
- Los jueces
suelen ser muy inflexibles y distantes.
En nuestras
experiencias los encuentros con los jueces no se han caracterizado por ser
positivos. El espacio de tensión, el breve tiempo del encuentro, las preguntas
cortas y cerradas, no daba lugar para que nosotros podamos participar junto con
los jueces en las decisiones que incumben a nuestra salud mental y nuestra
vida.
- Problemas y fallas en
la comunicación entre los operadores judiciales.
Curadores, peritos, fiscales,
defensores y Jueces no siempre están en contacto entre sí. A veces la ausencia
de comunicación caracteriza a las decisiones que tomaron sobre nuestros tratamientos
y otras veces fueron fallas o malentendidos en la comunicación entre ellos. La ausencia
de conexión entre las diferentes instancias judiciales es una de las
complicaciones del proceso que más se reitera. Cada operador sabe y se ocupa de
una parte del proceso, de manera independiente, como si estuviera solo en el
ámbito de la justicia y como si la persona pudiera separarse en diferentes
secciones: psiquiátricas, legales, médicas, sociales; sin articular el trabajo ni
entrar en comunicación entre ellos.
Además, falta comunicación también
entre los operadores y los usuarios. No sólo necesitamos hablar con el
Juez, quien finalmente tomará las decisiones; también con los técnicos que
intervienen en nuestros procesos: médicos forenses, trabajadores sociales,
peritos, fiscales, defensores.
-Escaso tiempo de audiencia.
No todos pudimos conocer a los jueces
que intervenían en nuestras “causas”, pero para aquellos que logramos acceder a
una audiencia, nos ha sucedido que las mismas duraron apenas unos minutos. Creemos
que ningún juez puede tomar una decisión respecto de la vida de una persona en
cinco minutos de diálogo.
3.- Sugerencias a los
operadores judiciales:
Pasaremos ahora a detallar algunas recomendaciones para el
trabajo en las diversas instancias judiciales, con el objetivo de que puedan
ser más respetuosos de nuestros derechos.
- En la primera entrevista con profesionales, técnicos, peritos,
etc.
Nuestra historia de relaciones con diversos operadores
judiciales nos ha enseñado a desconfiar, producto de diversos maltratos
recibidos por técnicos y profesionales de la salud y la justicia, quienes
muchas veces nos han perjudicado tomando decisiones erróneas.
Si nada hay que esconder, si nada tienen que ocultar, pedimos
que al presentarse en nuestras casas o al visitarnos en hospitales o centros de
internación, se presenten dando acreditación de quiénes son. Creemos
indispensable que antes de iniciar una entrevista el profesional se presente,
dando su nombre y apellido, especialidad, pertenencia institucional, funciones
y en lo posible una tarjeta o datos de contacto para que podamos comunicarnos o
preguntar por él.
Luego, pedimos nos expliquen el motivo de la citación o de la
visita, el por qué de esa entrevista y lo más importante: detallar y explicar
claramente cuáles son los alcances de esa entrevista, sus posibilidades y
límites.
- Presencia de acompañante en las entrevistas:
Incluir siempre la posibilidad de que alguna persona esté
presente en los encuentros con profesionales, técnicos, operadores judiciales,
en caso de que lo consideremos necesario. Es fundamental que esa persona sea
elegida por nosotros.
Esta recomendación se torna de primordial importancia cuando se
trata de una entrevista con el Juez, y más aún cuando es la primera entrevista
con él. El primer contacto con el Juez genera mucha ansiedad, entre otros
motivos por el poder que tiene de modificar el curso de nuestras vidas. Creemos
que el primer contacto con él es muy importante, la primera impresión que
daremos tiene un gran peso para el transcurso de los acontecimientos que se
sucederán en nuestras vidas y tratamientos. Necesitamos tener la posibilidad de
estar acompañados de alguien que nos de tranquilidad y seguridad. Que podamos elegir con quién asistir.
Entrevistas respetuosas y en espacios privados:
Para generar climas más distendidos, en los que podamos dar
cuenta de cómo estamos, quiénes somos, necesitamos que se desarrollen en espacios
donde la privacidad esté cuidada y respetada. En espacios donde sea posible
conversar con tranquilidad, escuchándose, sin interrupciones. En espacios donde
no esté entrando y saliendo gente, donde no puedan interrumpir, donde no
estemos al alcance de la vista de otras personas y que no puedan escuchar lo
que decimos. Además, quienes nos entrevistan / interrogan deberían cuidar que sus
celulares estén apagados para que la conversación tenga la privacidad
necesaria.
Audiencias
accesibles con el Juez.
No queremos que
nos traten como cosas. Queremos que nos escuchen. Las audiencias con el Juez debieran
ser accesibles a todos, necesitamos que éstas se respeten como un derecho y que
no funcionen como un “trámite” de cinco minutos. Que las audiencias o
“contactos directos” no sean simplemente una necesidad del proceso judicial,
sino que sea una instancia de intercambio en donde reine la tolerancia y la
intención sea la de escuchar al usuario.
Para que esta
posible instancia de audiencia que brinda la ley sea accesible a todos, debería
tener como requisito un trámite burocrático administrativo sencillo, de fácil y
rápida realización para todos, para que todos podamos pedir la audiencia que
queremos y a la que tenemos derecho.
Incluir un
sistema de APOYOS
Existen
instancias del proceso judicial que a veces no comprendemos; en ocasiones
debemos notificarnos de documentos que no entendemos. Si pudiéramos disponer de
tiempo para conservar los documentos que debemos firmar, podríamos consultar
con profesionales de confianza o con nuestros defensores, de qué se trata y
pedirles que nos traduzcan a un lenguaje sencillo y coloquial lo que dicen los
documentos de los que debemos notificarnos.
Solicitamos la
posibilidad de incluir personas de confianza que nos asesoren de manera
coloquial y en un lenguaje sencillo sobre las diferentes instancias del proceso
judicial que estamos atravesando, que nos esclarezcan las etapas que hemos
atravesado y las que nos falta pasar, cuáles son nuestros derechos en ellas y
por qué está sucediendo lo que nos sucede.
Estas personas
deberían ser provistas por el sistema judicial, pero si así no fuera, o si el
defensor / curador no fuera de confianza, debemos tener el derecho a elegir con
quién informarnos y asesorarnos, a quién acudir y a quién pedir que nos
acompañe; ya sea un profesional calificado, un familiar, o un integrante de una
organización de usuarios o de Derechos Humanos.
Transmisión clara
y precisa de la información.
Independientemente
de lo dicho en el punto anterior, creemos que no debe reemplazar la obligación
del defensor y del juez de explicarnos cuáles son nuestros derechos y qué
implica el proceso que se nos está iniciando.
Sería pertinente
la inclusión de alguna folletería de consulta sobre temas como la capacidad
jurídica y el acceso a la justicia, derechos reconocidos en la Convención de
los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPCD), así como también el
derecho que tenemos a un abogado, previsto en el Art. 22 de la Ley de Salud
Mental. Sin embargo, esto no debería suplir la explicación verbal.
Primeras acciones
ante una denuncia por razones de Salud Mental
Ante una denuncia
de un tercero, el juez debería tomar como primera e infaltable medida, la de
citar a la persona denunciada para conocer su punto de vista sobre la denuncia
e interiorizarlo de los pormenores.
Antes de ordenar
una internación, debiera existir un diagnóstico interdisciplinario que lo
recomiende.
Derecho a
incorporar pruebas e informes de parte.
Tal como lo
explicita el artículo 22 de la Ley de Salud Mental, tenemos derecho a contar
con un defensor que represente nuestros intereses, y que pueda optar por
incorporar informes de parte en nuestros procesos judiciales. Esto implica que
si contamos con un médico psiquiatra / clínico / psicólogo / trabajador social
de nuestra confianza que pueda mostrar algún aspecto de nuestra salud que haya
estado ausente en informes anteriores, o un punto de vista más favorable para
nosotros, podemos hacerlo.
Evitar el uso de
la fuerza pública.
Desde Apussam
estamos convencidos que la intervención policial en razones de salud no es lo
más conveniente. La salud y la fuerza pública no debieran estar mezcladas. Sólo
debería apelarse a su uso en causas extremas, como un último recurso, y no como
la vía administrativa que usualmente busca a las personas usuarias para
llevarlas al hospital.
En el mismo sentido,
creemos que las citaciones no debieran ser POLICIALES. Es muy abrupto que
intervenga la policía en todo este proceso, esa debiera ser la última medida a
tomar. Otros actores pueden tomar ese rol, desde un lugar más humano y
explicativo. Rolando, un integrante de Apussam, compartió su experiencia: “Me
despacharon. Conmigo siempre vino la policía. De casa directo a la cama del
hospital, a llenarme de piojos, deshidratarme y a estar dopado de tanta
medicación.”
Un sistema más
eficiente.
Hacer más eficiente
y eficaz el circuito administrativo, evitando dilaciones producidas en parte
por la falta de comunicación entre áreas médicas, psiquiátricas y sociales a su
interior y por falta de conexión con los sectores de trabajo y vivienda del
gobierno.
4.- Palabras finales.
El presente
documento es, como se explicitó anteriormente, el fruto de una labor colectiva
en donde se ha puesto a trabajar nuestra propia experiencia en función de que
estos aportes puedan modificar ciertas prácticas del ámbito judicial del que
somos, la mayoría de la veces, involuntariamente parte – hasta ahora silenciada-.
Optamos por
apostar a la transformación social e institucional cuya misión será poner estas
palabras en acción. Creemos que es necesario y fundamental que se allane el acceso
a la justicia de las personas usuarias de los servicios de salud mental, que
pueda encontrarse la certeza jurídica y la protección legal de los usuarios,
sean carenciados o no.
En la medida que
ciertos canales sean más accesibles, y desaparezca la estigmatización hacia las
personas con discapacidad psicosocial, de la que no está exento el ámbito
judicial, éste podrá transformarse en un organismo que resguarde los derechos
humanos de los usuarios y usuarias, incluso también durante los tratamientos,
en los que no debería haber internaciones prolongadas innecesariamente, ni abandono
de personas, o cronificación de pacientes, mala alimentación, sarna,
pediculosis, negligencia médica, sobremedicación y otros tantos tratamientos
abusivos del personal médico.
Es el deseo de
los integrantes de APUSSAM que podamos colaborar en esta transformación, y así
fortalecer nuestros derechos a acceder a la justicia, a contar con una
evaluación justa. No al abandono social ni familiar. No al depósito de
pacientes. Nada sobre nosotros sin nosotros.
Por Fernando Aquino, Rolando Hanono y Daniel Tedesco,
integrantes de la Apussam, organización conformada por un grupo de
hombres y mujeres, usuarios de los servicios de salud mental, que se reúne con la esperanza de forjar un mundo en donde no existan los
estigmas, ni las injusticias
relacionadas con la salud mental.